sábado, 3 de enero de 2015

Vacío

Reto a las secuelas de mi ser, que desafiantes me muestran las caras ocultas de lo que fui, partiendo en dos cada paso de lo que algún día seré, impidiendo que el mañana sea mañana, jubilosas de independencia perfumada en maldad impuesta por el temblor del temor.
Robaré todos los espejos de mi mente para intentar recomponer mis silencios y tapar mis aullidos y así quitarles protagonismo por primera vez. Me quedaré cerca de lo que desprecié por miedo a encontrar mis manos en las manos del desastre.
Y ahora busco la fantasía de una mirada medio opaca medio transparente, esperando luchar con la espada de mis demonios y arrancar las entrañas a mi luz.
Agotada de ser paciencia, me rindo ante las mil caras de lo que pude haber sido, esperando ser aceptada en sus trincheras. Dispuesta a terminar con mi tenuidad.
Ahora soy tormenta. No espero nada del todo, y quiero ser todo en la nada. 
Vamos a deshacer nuestros tiernos enredos en espinas putrefactas. Vamos a dejarlo todo. Luchemos con el viento y experimentemos la eterna resaca del triunfo inverso.
Voy a matar la realidad para salvar nuestras vidas. Mira lo que somos, no lo que quieres que seamos. Sólo somos el apéndice del mundo; no somos necesarios. En cambio, nuestra cara oculta es la cumbre de un universo sin lista de espera, cerrado al mundo, abierto al fuego.
La puerta está abierta. El cielo se ha fundido ante la sobrecarga de arrogancia. Vamos, está abierta.
Dejemos que las mentes contaminadas se consuman mientras nosotros ardemos en nuestro espejo.
                                             
                     

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