viernes, 22 de marzo de 2024

Maquillamos el verbo vivir con capas de hedonismo y momentos fugaces de serenidad para tapar el hecho de que sólo sobrevivimos. 
El tiempo, las calles llenas, el individualismo, las ideas poco masticadas, las conversaciones vacías y la obligación de estar presente en el presente equivocado nos consume como sociedad y seguimos avanzando. Porque no hay otra opción. 
Y si la hay, tienes que nadar en un mar que no te quiere en él, que te ahoga o te expulsa a la orilla.
La marcha vacía de ocupar los días y desocupar la mente, en un intento desesperado de quitar esos escombros invisibles que son los pensamientos.