martes, 16 de abril de 2024

No siempre hay que dar una opinión de todo lo que nos rodea. Y no porque no puedas formarla en tu mente, sino porque hay que saber conocer la amplitud de nuestro mundo interno y entender que existe espacio suficiente en él para guardar esos pensamientos que lejos de aportar, restan. 
La impertinencia es la caída de la educación y la irrelevancia que conlleva la condena.
No se debe caer en la creencia egocéntrica que nos hace creer que todo lo que pensamos debe ser dicho. El silencio es más poderoso cuando se emplea en las situaciones adecuadas. 
La comunicación verbal es la prueba de nuestra capacidad de razonar y sino lo es, posiblemente esas opiniones no valgan nada.