jueves, 29 de junio de 2017

No me gusta...

...Tener ideas maravillosas por las noches y quedarme dormida antes de apuntarlas.
Decir "lo siento" para protegerme.
Las charlas obligadas.
Ver trozos de plástico en el suelo.
No tener leche para el café al despertar.
Tener agujeros en los calcetines.
La filosofía de pega actual.
El oro.
Ninguna película donde la protagonista despierte maquillada y peinada, y sonriendo, claro (pum, mi cabeza explota con ese combo).
Recibir una visita antes de desayunar. A menos que esa visita traiga café, en ese caso, mi casa es tuya.
El desprecio.
Dormir más de una hora sin cambiar la almohada de lado.
El despropósito.
La impertinencia de una opinión de mierda.
Mi puto teclado.
Que el epílogo de un libro sea más interesante que el libro.
Que la portada sea más bonita que la historia.
La mentira a medias. Si me mientes, miénteme de verdad, puedes meter hasta unicornios si quieres.
Mi alarma bucólica para despertar. Está bien para la protagonista peinada y maquillada de la peli, pero a mi tírame un vaso de agua, total, no se va a notar en mi ánimo, soy insoportable las 24 horas del día.
No tener paciencia.
Ah, y ser nula en ciencia.
Leer un absurdo juego de palabras (toma, Andrea de hace cinco segundos).
La vulgaridad.
La elegancia basada en el lujo y la gilipollez.
Mi pelo tras una noche de fiesta.
Que explote una bombilla estando sola. Si hay gente me rio.
Llorar con tanta facilidad.
Luchar por nada.
Lo fácil.
Esto. Debería parar.
Que el asa del bolso se caiga todo el rato.
Que llueva cuando estoy contenta.
Moquear cuando estoy nerviosa por algo.
Ver a las nubes moverse. Me hace sentir que debo darme prisa.
La gente que se identifica con cada historia que lee.
El día.
La tarde.
La noche.
No, esas tres últimas sólo eran para quedarme con vosotros. Y porque empiezo a quedarme sin ideas.
...
Quedarme sin ideas.







No hay comentarios:

Publicar un comentario