domingo, 31 de mayo de 2015

Es una palabra inapropiada para ti

Vértigo es una palabra inapropiada para ti, no sabes resumir el tiempo perdido con un grito. Durante varios infinitos creí que eras capaz de volar sin miedo a caer. Y no te engañes, sé que nunca tuviste alas, pero a ti no te hacían falta. Con una palabra podías alzarte sobre los sueños acurrucados de mis entrañas. Y ahora has encontrado el camino a ellos, los has despertado y acuchillado sin remordimientos. No puedes ser más la más bonita canción que un día pensé escribir para ti. Te has quedado tan sólo en estribillo opaco, de esos que nadie recuerda. Ni siquiera yo, que siempre recuerdo el desastre.
No sé qué has hecho con la cuerda de mi paracaídas, pero, sé que ya no puedo saltar sin morir en el intento. Te has llevado el soporte de mis impulsos a media noche. Has recopilado los vinilos del desamor para escucharlos cada día; para recordarme que esos no se rayan jamás.
Evitas las pausas entre grito y grito porque sabes que en el silencio podemos perdernos para siempre.
No, no puedes ser vértigo. No puedes ser la causa de que mis sábanas nunca estén bien colocadas.
Fingí quererte tan fuerte que terminé creyendo que éramos marionetas de una función sin final. Una función sin espectadores, pero repleta de estrellas de aluminio y paisajes de papel pinocho. Tal y como a mi me gustaba. Nunca quise la realidad teniendo el número de teléfono de la imaginación a mi alcance. Tú nunca te dignaste a llamarla y te quedaste hundido en la tenuidad del asfalto. Podrido en un mundo contaminado. No voy a quedarme más aquí. Quédate con nuestros recuerdos. Yo me quedo con nuestra locura corrompida. La necesito para amarte, aún cuando ya no queda amor.
No intentes cambiarme, ya puedo saltar sin sentir el tacto de tus dedos en los míos. Eres frío y yo sólo vivo en el calor del vértigo.




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