Revolver con un abrazo los momentos que imagino en mi cabeza.
Ésos recuerdos que sólo existen en la carpeta de mi imaginación.
Que nunca han sucedido aún cuando las pinceladas de la realidad hacen acto de presencia de vez en cuando.
No es suficiente y al mismo tiempo lo es todo.
Una caída de párpados que dura una eternidad en olvidar el temblor de mi cuerpo al verte.
No tengo ventanas ni puertas para asomarme durante el día. Ocupo cada minuto para no tener ocasión de querer dibujarlas. Sé que si parase en seco y lo hiciera, las pinceladas de la realidad se fusionarian con mis acuarelas creando un lienzo en el que tú y yo no podríamos separarnos.
Quiero decirlo todo.
Y no guardar más abrazos en esa carpeta.
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