No tengo imágenes descolocadas en esa estantería de mi mente. Ni siquiera queda polvo que limpiar.
No reconozco el ayer pero espero impaciente el mañana.
No puedo negar el miedo pero sí asentir ante la inestabilidad.
En un balanceo pido un deseo.
Caer a cualquiera de los dos lados, para no quedarme anclada ahí, en esa incertidumbre de hilo fino.
No quedan recuerdos que romper y mis tijeras están frías.
No hay más pruebas, no.
Noche, sigue caminando deprisa y lárgate.
No mires atrás. No veas mi cara mojada. No me enfoques con tus luces.
Doy una voltereta con el corazón para resetear cada punzada.
Hay miradas en la nada. Esperando ver salir el sol para poder dejarme sóla sin temor.
Me escondo bajo mi manta y sigo negando para entenderme. Esperando que el destino corte ese hilo fino y me deje ser al fin.
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