Los dias pasan. Vaya si pasan. Los dias pasan, si, pero el tiempo no. Mi mente estancada entre el pasado y el futuro planea dar una voltereta en el aire para deshacerse de las manos que le agarran.
Miro a un lado, y al otro, pero nunca hacia delante, por miedo a ver el presente. Arrastro a mis pies a seguir los pasos de la gente, aun sin querer seguir a nadie.
La melancolia de una sonrisa al despertar me hace temblar al salir de mi cama, recordandome que cada suspiro es una ceniza que no barri.
Los sentimientos de ayer han dejado de treparme por la espalda, pero todavia los siento. Empiezo a desentender el significado de las palabras, para hacer ecuaciones con los silencios.
Me siento en un banco, alguien pregunta algo sin mucha efusividad. Pretendo ser amable y contestar. Contesto y me odio al instante por no respetar mi mundo interno, ese que no quiere ser interrumpido ni por mi misma. Ese que viaja a mil lugares y recuerdos, tapandome la boca y los ojos, pero abriendo mi mente.
Paso los dias dandome respuestas, y las noches haciendome preguntas. Preguntas que no corresponden con las respuestas; respuestas por las que nadie ha preguntado jamas.
Cuando te pierdes solo quieres hacer bolas de papel con todos los mapas que te han llevado hasta alli. Pero nadie se plantea hacerse una bola asi mismo, pues nadie quiere aceptar que el mapa mas defectuoso eres tu. Echate la culpa, camina por la calle, hecho pedazos. Aplasta cada pagina, escucha el sonido de la despedida, y preparate para enfrentarte a eso que tanto te asusta: el presente.
Miro a un lado, y al otro, pero nunca hacia atras. Por miedo a no sentir miedo.
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