Qué complicado ser. Pleno y desbordante verbo que engloba todo lo que ves a través del espejo de la mente. Aveces te reconoces sin problema y sonríes incluso, creyendo entender cada conexión que creas en tu universo personal. Otras en cambio, esperas que tras el reflejo se esconda otro más simple y fácil de descifrar. Como si lo sencillo fuese sinónimo de respirar.
Porque ser y estar vivo son la paralela más íntima que existe. Tocándose ambos conceptos tímidamente de vez en cuando, y abrazándose fuerte cuando dejas de mirar.
El espejo que no necesita ser mirado, es la comprensión más plena de vivir siendo. Siendo tú. Estando vivo. Entendiendo que la meta debe ser un abrazo eterno.
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