Oculta en el vértice de la duda. Recorriendo el espacio de la mente con las manos, asombrada por sus galaxias, imaginando el tacto de las estrellas. Ésas que guardan todos tus recuerdos, tus victorias y tus caídas. Casi con orgullo, puedo reconocer cada lágrima escondida en esas luces. Luces que son realmente espejismos de lo que quieres ver. Puedo recordar el motivo de esas sonrisas al ver la plenitud de eso que sostiene el caos de mi universo.
Resguardada en una esquina, en ése vértice, lo reconstruyo todo para después derrumbarlo todo. Para tener siempre piezas que ordenar y así entender un poco mejor el por qué de las dudas que surgen en la mente cuando la película de tu vida se prepara para rodar la segunda parte.
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